Durante un año, los colonos (en su mayoría hechiceros y campesinos corrientes) intentaron defender sus creencias así como su modo de vida, pero los colonizadores los sobrepasaban en número, haciendo imposible que ganaran la batalla. En el sitio que en tiempos mas recientes se conoce como Scattonia, el último hechicero que aún no habían calcinado en una hoguera o asesinado a puñaladas, hizo un último esfuerzo para salvar su vida. Primero, utilizó un conjuro para reunir la esencia de toda la magia en Westlands. Era una energía muy poderosa, y quien la tuviera sería invencible por lo menos durante diez siglos. Lucía como una esfera de gran tamaño, de un color cambiante que oscilaba entre rojo, azul y verde, los cuales representaban el mal, el bien y lo desconocido. Sin embargo, en lugar de usarla él mismo, el hechicero la confinó en un cofre de oro adornado con plata y bronce, donde solo un gobernante digno podría reclamar su poder.
Ni siquiera él mismo sería capaz de usarla correctamente sin morir. Luego, mediante un ritual primigenio, forjó la primera arma de fuego de la historia. El poder que su cañón podía proporcionarle a las balas era abrumador, pudiendo atravesar a varios soldados a la vez. Era magnifica, era legendaria. Tras dos días de espera, los colonizadores por fin lo hallaron e iban a matarlo, pero aquel hombre les dio la pelea de sus vidas. Solo él, consiguió asesinar a mas de noventa soldados antes de que un tiro por la espalda lo abatiera, por fin. El lider colonizador, quedó tan maravillado por su valentía que conservó el artefacto que le había costado la vida a tantos de sus hombres y la mandó a estudiar.
En base a dicho artilugio, la tecnología que conforma el Westlands moderno dio sus primeros pasos. El revolver y el HorTec, por su lado, son derivados de esta tecnología. No obstante. décadas después, esta arma fue robada, y desde entonces se han escuchado toda clase de historias, sobre un rifle con propiedades místicas que le confiere a su portador la fuerza de cincuenta hombres, entre muchas otras variantes. Y así el tiempo pasó, así como el rifle cambiaba constantemente de dueño.
Fue el linaje del mismísimo pistolero, empezando por el hechicero, quienes habían resguardado tan poderoso artefacto de combate, cediéndolo de generación en generación, hasta llegar a Slayer, quien lo había perdido hacia años. Su destino estaba unido al de la carabina de repetición, se convenció a si mismo mientras entraba sobre su montura mecánica en la milenaria ciudad de Scattonia.
CONTINUARÁ...
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